Los rescatistas voluntarios describen lo vivido en la zona: “cuerpos enterrados en el lodo, otros flotando en el mar y dentro de vehículos arrastrados”
Muchos cuerpos acabaron enterrados en el lodo, otros flotando en el mar, algunos dentro de vehículos arrastrados, un panorama apocalíptico”. Así describe Juan Carlos Delgado, presidente de la ONG Acción Norte Vitoria, lo vivido en Libia por el grupo de bomberos voluntarios de Álava, que ha ayudado en las labores de rescate de personas en Derna, ciudad destruida por la tormenta Daniel.
El equipo de Acción Norte fue de los primeros en llegar a la zona de la catástrofe, con perros de búsqueda que inmediatamente se pusieron a rastrear todos los edificios derrumbados total o parcialmente. Al día siguiente de su llegada se incorporaron mas grupos de búsqueda; sin embargo, no hallaron a nadie con vida. ¿Por qué? Porque en los edificios derrumbados, aunque hay lo que en un terremoto llamamos posibles huecos de vida, en este caso no lo eran, ya que permanecieron bajo las aguas durante mucho tiempo”, cuentan los bomberos a su regreso a Gasteiz.
Sobre la ciudad de Derna cayeron precipitaciones de 400 litros por metro por las intensas lluvias y posterior rotura de dos presas. El agua bajó por el barranco hasta alcanzar una segunda presa, que tampoco pudo aguantar el empuje de la gigantesca ola. Arrastró todo lo que encontró a su paso, arrasó parte de la ciudad, la mayoría de los edificios situados a ambos lados del río se vinieron abajo y hubo derrumbes parciales en muchos otros, ubicados en segunda fila.
“Esta ola entró a la ciudad alcanzando una altura de seis pisos y permaneció en este nivel más de diez minutos. En este recorrido mortal arrastró hasta el mar a personas y vacas; automóviles, árboles, piedras y lodo; muchas otras personas murieron ahogadas en sus casas, aún en pie, pero bajo el agua bastante tiempo”, relatan los bomberos.
Las autoridades estiman que hay diez mil muertos y diez mil desaparecidos, también fallecidos.